La palabra del día

Hablar bien, no digamos de forma persuasiva, exige dominar un conjunto multidisciplinar de destrezas. Cuando lo conseguimos estamos incrementando de forma significativa nuestra capacidad de influencia y, lo que es más importante, fortaleciendo nuestra autoestima mediante unas endorfinas que harán su trabajo a pleno rendimiento.

Algunas destrezas de las que deberíamos dominar pueden ser poco intuitivas. Sin embargo, todos somos conscientes de que cuanto mejor dominemos un idioma, cuanto más vocabulario tengamos, más precisión alacanzaremos en la mente y en el corazón de nuestros oyentes.

En el año 1780 la Real Academia Española publicó su primer Diccionario de la lengua española (DRAE). La vigente 23.ª edición, que vio la luz en el 2014, incluye más de 93.000 entradas.

Los números hacen aún más evidentes las enormes carencias que algunos profesamos respecto de la amplitud de nuestro vocabulario. Así, me ha parecido menester iniciar la batalla contra ese aspa del desconocimiento, mediante una inmersión diaria en las páginas del DRAE.

No hay camino más placentero que aquel en el que gastamos suelas en compañía, por lo que he optado por lanzar una nueva sección en este blog, en la que compartiré cada día una palabra que me haya llamado la atención. La sección la hemos bautizado “la palabra del día”.

La idea, por lo tanto, es cada día publicar una palabra con su significado y una pequeña frase que ejemplifique su uso. Todo ello en una publicación que se pueda leer en menos de 30 segundos.

Comenzaré por la primera letra del abecedario, siguiendo de forma secuencial para así pasar cada mes, por lo menos, una vez por cada letra de nuestro alfabeto. Iniciaré la búsqueda unas veces en sentido ascendente (de la primera a la última palabra de la letra en cuestión) y al mes siguiente en sentido descendente (de la última a la primera palabra de esa letra), para así tener más variedad.

Espero que la palabra del día sea para ti una puerta diaria al nuevo mundo que cada palabra desconocida nos descubre.