Las siete claves para vencer el miedo escénico
El periodo de tiempo transcurrido entre la angustia de mí primera vez hablando en público y el placer de algunas de las satisfactorias experiencias que vinieron con el tiempo, lo invertí en encontrar las siete claves que me permitieran primero dominar y después vencer el miedo escénico. No obstante, antes de aplicar ninguna clave lo que aprendí es que el miedo no se pierde, o se vence o es él quien te tiene dominado. Para ganar hay que luchar, por lo que vamos a pasar miedo y tendremos que esforzarnos de forma proporcional al tamaño del monstruo.
Primera: querer. Una de las cosas que aprendí con los años es que algunas personas prefieren permanecer en la zona de confort del miedo, antes que enfrentarse a él. Esta clave exige no sólo deseo, sino determinación para enfrentarse al monstruo y disciplina para hacerlo constantemente hasta que ya no le temamos.
Segunda: prepararse. Obviamente todo profesional que sea digno de llamarse así, va a preparar en profundidad el contenido de su disertación. A mayores he aprendido que hay que ir preparado mentalmente para exponerse ante las miradas de los asistentes e incluso físicamente para no estar incómodos con la vestimenta, la digestión de nuestra comida, los zapatos nuevos o la tecnología que vayamos a utilizar. La preparación exige centrarse no sólo en el contenido sino también en el resto de aspectos que rodearán a la presentación.
Tercera: ensayar. El ensayo permite escucharse a uno mismo, visualizarse y coger confianza pero, sobre todo, permite pre-sentir la exposición. Para que el ensayo tenga efecto deberá ser una reproducción completa de la conferencia; de inicio a fin sobreponiéndose a las equivocaciones, porque eso es lo que sucederá el día de la presentación. El ensayo deberá ser creativo, no memorístico: a excepción del inicio y el final de la charla. Cuantas más veces ensayemos la presentación más rebajaremos el nivel de estrés. Las primeras veces estaremos muy nerviosos porque veremos, a nuestros ojos, que nos sale muy mal pero en la medida que lo hacemos muchas veces empezaremos a sentirnos menos incómodos. Hay que sufrir en casa para disfrutar en el auditorio.
Cuarta: no memorizar. Los profanos tienden a creer que si memorizan bien su intervención eso les ayudará. La realidad es que, si hacen una memorización, corren el riesgo de, fruto del nerviosismo, olvidar alguna palabra clave o párrafo y perder completamente el hilo; como me pasó a mí en mi primera experiencia. No debes intentar memorizar la presentación. Otra cosa es que a fuerza de los ensayos creativos acabes sabiendo casi de memoria el contenido y te salga siempre muy parecida.
Quinta: relajarse. Hay que empezar a hacer ejercicios de relajación tan pronto como empecemos a sentir el estrés por la proximidad de la puesta en escena. No debemos esperar a intentar relajarnos al mismo día porque estaremos ya desbocados. Tenemos que empezar a enseñarle a nuestro cuerpo a relajarse cuando aún no está en estado de secuestro emocional porque si lo intentamos cuando hemos entrado en pánico no servirá de mucho.
Sexta: humildad. Ningún ser humano, ni siquiera tú, está obligado a saber todo de nada. Acéptalo y reconócelo ante ti mismo y así no tendrás que dar una imagen que nadie te exige. Prepárate muy bien (segunda clave) pero acepta que puede haber alguien que sepa más que tú, incluso en la sala. Si vamos bien preparados es posible que tengamos algún fallo pero no será nunca más que un pecado venial que la audiencia sabrá disculpar, en el muy poco probable caso que alguien llegara a apreciarlo.
Séptima: optimismo. Piensa que vas a triunfar. Haz foco en un día de éxito y visualízate ante los aplausos de satisfacción del auditorio. La profecía autocumplida te ayudará a cosechar lo que hayas sembrado en tu mente; si has sembrado fracaso cosecharás fracaso y si has sembrado éxito, habiendo trabajado para ello, cosecharás éxito.
Con estas sencillas claves y la aceptación de que la incomodidad y las tensiones iniciales eran parte del camino, pude vencer el miedo escénico y llegar al placer escénico del que disfruto en la actualidad. Estoy convencido de que si las aplicas con rigor, también a ti te ayudarán.
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Hay quien dice, todos lo hemos oido, que hay que imaginarse al publico desnudo…
por mi nunca lo he hecho. Eso solo contribuiria, dependiendo de la concurrencia, a ponerme mas nerviso en un sentido o en otro…
me parece acertados tus consejos le repeticion (el ensayo) produces seguridad. La voluntad de vencer ayuda a prepararnos para las posible vicisitudes que surjan.
Es fundamental, como ya has dicho, estar familiarizado con los medios que emplees.
y, sobre todo, ropa comoda, adecuada y un pantalón con costuras resistentes ; (
Chapeau! Como siempre.
Pues lo de las costuras del pantalón, como tú sabes, no es un asunto menor… Gracias Javier, por tu comentario.